Ha llegado a nuestro conocimiento un caso aberrante, muy ilustrativo de los extremos a los que se está llegando a la hora de vulnerar los derechos más básicos de los hijos con tal de proteger los intereses del padre, que al parecer para el sistema son más importantes.
Matrimonio que se separa con un bebé de 6 meses. La madre decide desde un principio dar el pecho al bebé y asume totalmente su cuidado, tanto durante la baja maternal como una vez incorporada al trabajo. * A tener en cuenta: está demostrado que la lactancia materna es la mejor alimentación que se puede proporcionar a un bebé durante sus primeros meses de vida, reforzando su sistema inmunológico y generando un extraordinario vínculo afectivo madre-hijo/a, muy positivo para su futuro desarrollo emocional y cognitivo. Es más, la OMS recomienda, siempre que sea posible, prolongar la lactancia materna hasta los dos años.
Pues bien: esta madre, una vez ha decidido separarse, acude a un servicio de mediación para informarse de cuál sería la forma adecuada de manejar la situación hasta que haya unas medidas provisionales de un juez; y la recomendación que le dan es: que deje inmediatamente de dar el pecho al bebé para que el padre se lo pueda llevar los fines de semana. No daba crédito. El caso es "repartir" al bebé a costa de lo que sea y aunque para ello se tenga que vulnerar su derecho a la lactancia materna: todo vale. Y tristemente, ya hay alguna sentencia en esa línea…
Resulta que ahora, lo mejor para el bebé en esa etapa de su vida, es separarlo bruscamente de la madre y destetarlo como si fuera un cachorro de perro.
Si es así como el sistema "vela por el bienestar" de un bebé de corta edad, ¿qué no va a consentir hacia niños más mayores? Casos como este muestran cómo la "justicia" está perdiendo el que debe ser siempre su objetivo principal (proteger el interés superior del menor), convirtiendo a los hijos en un bien económico más a repartir y dando prioridad a otra clase de "intereses".