lunes, 27 de septiembre de 2010

NO A LA CUSTODIA COMPARTIDA IMPUESTA: ¿QUÉ ES LO QUE REALMENTE CONVIENE AL NIÑO? (ATENCIÓN A ESTE COMENTARIO)

Parece que en esto de divorcios y separaciones se imponen las modas y es una lástima que la justicia no sepa librarse de ellas.
Durante un tiempo se dijo que la custodia compartida era lo mejor. Ahora se ha constatado, mediante estudios sociológicos, psicológicos y psiquiátricos que no es lo mejor para el niño. Los niños necesitan referentes claros. Necesitan identificar espacios propios y saber "cuál es su casa". Después de analizar diversos casos de custodias compartidas se ha visto que este régimen propicia la desubicación del niño, la dispersión, la falta de referentes e incluso ha convertido a algunos niños en mentirosos compulsivos. Así de crudo.
Nunca se legisla pensando en los niños.
Muchas demandas de custodia compartida provienen de conyuges que pretenden evitar el pago de la pensión. Tan injusto me parece esto, como aquella esposa que "vive" literalmente del exmarido. Si los padres tuvieramos dignidad y pensaramos en la de nuestros hijos, convendríamos que cada uno debe buscarse su supervivencia, que hay que enseñar a los niños a ser autónomos en lugar de convertirlos en caprichosos que utilizan la situación para conseguir lo que quieren y que quien importa en este negocio son los niños, no nuestras ganas de herir al otro o "hacerle pagar" lo que nos ha hecho.
Del mismo modo, habría que evaluar quien de los dos exconyuges está más preparado mental y emocionalmente para dotar a sus hijos de la estabilidad que necesitan. Así mismo habría que conjugar esta preparación con la disponibilidad de tiempo y con los recursos. Si un padre/ madre quiere realmente a sus hijos debe desear lo mejor para ellos y dotarles de una estructura estable, sea su casa o la de su ex.
 A partir de estos factores habría que negociar la parte económica y no al revés.Una cosa es romper un matrimonio y otra romper a los niños. Siempre decimos que haríamos lo que fuera por nuestros hijos. ¿Por qué sólo lo hacemos en tiempos estables? Deberíamos entender que nuestros hijos nos necesitan todavía más en tiempos de inestabilidad. Si en lugar de perder el tiempo en tocar las narices al ex, lo invertimos en pensar que es lo mejor para nuestros hijos, todos saldremos ganando.