Decir presidenta de la Asociación de Mujeres Separadas y Divorciadas de Asturias y no decir Pilar Fernández-Peña suena raro. Durante los últimos 25 años, tantos como lleva funcionado la asociación, nombre y cargo han sido inseparables. Sin embargo, con los 73 años a la puerta, la mujer que llegó en 1986 a una entidad que arrancaba a pedir ayuda -y que en seis meses fue nombrada presidenta- ha decidido ceder el bastón de mando. El próximo domingo, día 10, el programa Luces de la Ciudad, de EL COMERCIO, le hará entrega del Pegoyu Asturiano, premio que recibirá ya en calidad de expresidenta.
-Presidenta ¿fundadora?
-No. Cuando yo decidí separarme, en 1986, la asociación empezaba. Yo llegué buscando ayuda e, incluso, pensando en crear algo parecido, porque me parecía que las mujeres necesitábamos más apoyo. Al poco tiempo me nombraron presidenta y, hasta ahora. Llevaba cinco años pidiendo el relevo y, desde ya hay otra presidenta: Ana Isabel Ruiz.
-¿Se parecen en algo las mujeres que llegan ahora a la asociación a la Pilar recién separada que llegó hace 25 años?
-Por desgracia, sí. Yo me separé en 1986, pero 25 años después la mujer que quiere divorciarse tiene los mismos problemas y el mismo miedo que yo.
-La Asociación de Padres Divorciados se queja de que la ley favorece a la mujer.
-Eso es una mentira. Con esa asociación es imposible el diálogo porque son hombres enrabietados porque, con la Ley del Divorcio y la Ley de Igualdad perdieron su capacidad de jorobar. Quieren la custodia compartida, que es una auténtica aberración.
-¿No es injusto que los padres sólo vean a los hijos en fin de semana?
-Es que yo nunca defendí que la custodia fuera siempre para las mujeres. Ni digo que todos los padres sean malos. Es verdad que, con lo que he visto, ellos piensan menos en los hijos. Los ven como algo con lo que seguir sometiendo a la mujer. Aunque ellos tengan ya otra pareja. Pero lo de la custodia compartida, que los hijos pasen cada semana con un progenitor, es una aberración. Lo lógico es que haya mediación y que se busque un punto de encuentro.
-Ustedes abandonaron el Foro de Mediación de Gijón.
-¡Claro! Porque era el timo de la estampita. Se nos utilizó a la asociación para poder lanzar mensajes con los que no estamos de acuerdo. Nosotras creemos que la mediación nunca puede ser impuesta. La ofrecemos en la asociación y tengo que decir que hay muchos padres que se han ido encantados con la solución. Porque, cuando empieza una separación, todos nos volvemos un poco animales.
-¿Cómo es posible que siga eso ocurriendo en pleno siglo XXI? ¿Dónde quedó la formación y la educación?
-Es que hemos avanzado muy poco. El Estado no ha ayudado mucho.
-Han gobernado los socialistas.
-No siempre. Y, además, incluso cuando gobierna el PSOE, hay gente que parece... poco socialista. El poder sigue siendo masculino. Sólo hay que ver la oposición de jueces y fiscales a la Ley Integral contra la Violencia de Género.
-Argumentan que hay muchas denuncias falsas.
-Decir eso es ignorar la realidad. Una denuncia de maltrato tiene que llevar un parte médico y si es falsa no hay caso. Lo que hay son muchas denuncias retiradas por miedo al agresor. Y no sólo por el 'te mato', sino por el 'te lo quito todo'. Esa posición contraria la tuvieron ya en 1989, cuando se convirtió en delito penal el impago de pensiones. Los jueces y los fiscales me decían '¿cómo vas a llevar a la cárcel a un padre por no pagar?' Y yo les decía ¿qué tipo de padre es el que no paga la pensión de alimentos a sus hijos?
-El Estado también falló en el fondo para esos pagos.
-¡Claro! Yo lo que digo es que si el Gobierno no puede hacer cumplir la ley, y pagar la pensión de alimentos es un delito, que se vaya.
«Un hijo no arregla nada»
-La que se va es usted.
-Sí, me voy porque estoy cansada. Son muchos años y tengo muchos años... aunque el médico también lo duda, este mes cumplo 73 y esta asociación no es una entidad cultural, en la que te reúnes los martes de cinco a siete. No, aquí tienes que estar todos los días al pie del cañón y cuando se va la mujer que te acaba de contar su drama no acaba tu trabajo, empieza.
-¿Ha escuchado muchos?
-Infinidad. Ha habido momentos en los que yo, que no me callo nada, he tenido que saltar. Como cuando una mujer te está contando las palizas que sufre de su marido y su madre, a su lado, mueve la cabeza y le dice 'no te entiendo, si te da todo el sueldo'.
-Pero eso no habrá sido ayer.
-En 2005. El otro día, como quien dice. Es verdad que ahora hay más apoyo a la mujer maltratada, pero también es verdad que, cuando una mujer decide divorciarse, muchos le dicen 'mujer, intenta arreglarlo'.
-¿A usted, se lo dijeron?
-Sí, pero no mi familia, porque, afortunadamente, yo conté con el apoyo de unos padres en los que jamás se vio lo que yo viví en mi matrimonio. Ni siquiera mi primo, Senén Guillermo Molleda Valdés, que tiene una ideología muy diferente a la mía, me dijo nada. Todo lo contrario, siempre me dio su apoyo.
-¿Qué le diría a una mujer que esté pensando en divorciarse?
-Que lo haga. Si está pensando en divorciarse es que tiene que hacerlo. Tanto una mujer como un hombre. Yo reviví. Tenía 47 años, cuatro hijos a mi cargo y sin trabajo, porque en aquella época no se llevaba que la mujer trabajase. Fue lo mejor que he hecho y tengo que agradecer el apoyo no sólo de mi familia, sino de mis hijos. Tengo cuatro hijos maravillosos que, incluso, se han cambiado el apellido. Un apellido que, ahora, también lleva mi nieta pequeña, de 20 días. Mi hija y su marido decidieron que si era niña, el apellido sería el mío. Y ahí está, Yara Fernández-Peña.
-¿Y si es uno de sus hijos el que se divorcia, su nuera debe temerla?
-¿A mi? Soy una persona muy coherente y siempre estoy de parte de la razón. Si mis hijos se divorcian actuaré como lo he hecho siempre. Y no, mis nueras no deben temerme. Si somos amigas. En mi casa comen todos los domingos. Necesito que me toque la loto para comprar un chalé, porque ya no cabemos.