domingo, 13 de enero de 2013

MALTRATO INSTITUCIONAL: Autorizan a una argelina a quedarse en Alicante por ser maltratada pero no a sus dos hijos de 1 y 6 años

La mujer recurre la resolución en los tribunales alegando que el Gobierno deja en situación de desamparo a los niños
 
Khedidja Benfriha, una mujer argelina a la que sus allegados también llaman Saima, es una víctima de maltrato reconocida por un juez y, por si eso fuera poco, una madre a la que el Gobierno español obliga a desprenderse de sus dos hijos, de seis y un año de edad, si quiere mantener su vida en Alicante. Según la documentación que Samia ha aportado en el juzgado, la resolución gubernamental vulnera la protección jurídica del menor así como la Ley de Extranjería, que tiene en cuenta que las madres maltratadas puedan estar con sus hijos sin necesidad de acreditar sus ingresos.
Nacionalizada desde 2005 en España -año en el que regularizó su situación para residir legalmente en Alicante-, esta mujer delgada pero de carácter fuerte sujeta entre sus brazos a un bebé de doce meses de robustos carrillos al que lleva sumergido en un gorrito blanco con borla. Se trata de su hija de doce meses, a la que tuvo con su exmarido, expulsado a Argelia tras ser condenado por el juzgado de lo Penal número 6 de Alicante a tres años de cárcel por agredirla, entre otras ocasiones, mientras estaba embarazada de dos meses de la pequeña Assil. Ha solicitado la residencia para sus dos hijos y acaba de encontrarse con la negativa de la Subdelegación del Gobierno, que ha denegado el permiso para ambos y a los que amenaza con iniciar un expediente de expulsión.
Rayan, de seis años, y Assil, de tan solo uno, no pueden permanecer en España, por lo que tendrán que regresar a Argelia donde, según su madre, tiene familia, pero donde reside el hombre que la maltrató y del que tiene una orden de alejamiento. "Llevo años luchando por hacerme una vida aquí y ahora me dicen que si quiero seguir en Alicante tengo que separarme de mis hijos porque no se les da residencia a dos niños tan pequeños que necesitan de su madre", lamenta Saima.
El Gobierno de España no reconoce el permiso a los dos pequeños porque, según alega en la notificación remitida al letrado de oficio de Saima, José Alejandro López, ella no dispone de suficientes medios económicos para su mantenimiento, ya que sólo cobra una ayuda de 426 euros. Sin embargo, según el letrado, la denegación del permiso de residencia es ilegal al tratarse de una mujer maltratada y vulnera, además, la normativa de protección del menor.
Según explica el abogado, el permiso de residencia para los hijos de una maltratada debe ir vinculado a la situación de la madre según la normativa de Extranjería, además de añadir que la Ley contempla que las mujeres víctimas de violencia de género no tienen que acreditar la cuantía económica para estar con sus hijos. Estos matices los recuerda el letrado en los dos recursos que ha presentado ante el juzgado Contencioso-Administrativo contra la decisión del Gobierno de denegar la residencia para los menores. Los recursos también inciden en que denegar el permiso de residencia a dos niños tan pequeños contraviene los intereses de los menores de estar con su madre, "que además de la ayuda busca algún trabajo esporádico y recibe apoyo de vecinos y asociaciones", explica el letrado. Concretamente, según indica el recurso, los niños "quedan en situación muy clara de desamparo y abandono cuando, como se puede comprobar con la documentación adjunta, son nacidos en España y dependen de su madre, que siempre ha velado por ellos y nunca se ha desentendido de los mismos". Según López, "parece una medida ideológica que tiene como único fin que se marchen de España".
"Cuando vi que mis hijos podrían ser expulsados casi me da un infarto"
Samia relata que cuando se enteró el pasado mes de noviembre de que la Subdelegación del Gobierno denegaba el permiso de residencia a sus hijos "casi me da un infarto". "No entiendo como pueden negar el permiso a dos niños tan pequeños para estar aquí, donde han nacido y junto a su madre", explica Samia, quien muestra la foto de su pequeña que figura en la solicitud de petición de la residencia. "Es vergonzoso que vean a esta niña tan pequeña y que no le dejen residir en España con su madre y que pueda ser expulsada", añade el abogado. Para Samia, la vida desde el mes de noviembre es distinta. Lleva tiempo intentando olvidar su pasado como maltratada con la sonrisa de sus hijos. "Unos niños tan pequeños tienen que estar con su madre", dice. s. ll.