domingo, 7 de octubre de 2012

Políticas de desigualdad benditas

Muy buena nuestra Mar Esquembre Cerdá. como siempre. Y hoy, cuánto dolor transpira su artículo. Un dolor sordo y compartido por muchas personas que pensamos los mismo de todo lo que dice. Muchos ánimos y muchos besos para Mar y para aquellas personas que compartimos sentimientos y pensamientos. Feliz domingo!!!

información.es | 07/10/2012

Mar Esquembre Cerdá Mañana se cumple el doloroso aniversario de la desaparición de Ruth y José, asesinados por su padre como venganza hacia su exmujer y madre de las criaturas. Eso es violencia de género, por más que los cuerpos que se haya cobrado el maltratador sean los de sus hijos y no el de la mujer, a la que ha causado un sufrimiento del que jamás se recuperará.
Este martes pasado tuvimos noticia de una mujer asesinada a martillazos por su expareja en León. Esa misma mañana, conocíamos las declaraciones del Subdelegado del Gobierno en Jaén, en las que afirmaba que la violencia de género es un problema que "afortunadamente no alcanza cotas de máxima gravedad", pero que "de vez en cuando se producen accidentes". Ahora va a resultar que los asesinatos de las mujeres son "accidentes". Lo del grado de gravedad puede tratar de decírselo a la cara a la madre de Ruth y José, o a Isabel, que recibió la llamada de su expareja una fatídica mañana del pasado mes de julio para que se asomase a la ventana a contemplar cómo ardía su hijo pequeño, Daniel, tras estrellar su padre el coche. Por no hablar de las mujeres que ceden a todos los chantajes posibles de sus exparejas para evitar un mal a sus hijos. Cuénteselo a ellas y a muchas otras, señor Subdelegado del Gobierno. Estas indignantes declaraciones constituyen una metáfora que explica las políticas de igualdad del Gobierno, o más bien deberíamos decir de desigualdad.
Son políticas de inspiración divina, o más bien deberíamos decir eclesiástica, pues la jerarquía eclesiástica patria deja sentir todo su peso, bendiciendo, por acción u omisión, las políticas que contribuyen a impedir la igualdad y la libertad, en general y, particularmente la de las mujeres. Sirva también como metáfora de ello la homilía del obispo de Córdoba de este pasado martes, fiesta de los Santos Ángeles Custodios, en la misa en memoria de Ruth y José. Pidió el prelado su intercesión ante Dios "para que ningún niño del mundo sufra como ellos", añadiendo "¿No podrán alcanzarnos estos niños que se reduzca el número de abortos que diariamente se producen en nuestro entorno? (É) Ningún crimen tan horrible como el del aborto".
Pronunciamiento claro sobre el aborto (aunque sea un argumento forzado, metido con calzador) y silencio absoluto sobre la utilización de los niños como arma de violencia contra las mujeres. El mismo silencio que estos jerarcas guardan respecto de las políticas antisociales (y, por tanto, de desigualdad) de este Gobierno, tan cercano ideológicamente a ellos. Este Gobierno de los recortes que no les reduce ni un euro en la asignación de un presupuesto que pagamos todos y todas.