En derecho comparado sólo seis países, uno de ellos España, recoge la custodia compartida, pero no con carácter preferente sino por petición expresa de los progenitores y nunca como imposición. Es un tema regulado por el Gobierno socialista en 2005 en el artículo 92 del Código Civil y concordantes, que permite obtener con total normalidad la custodia compartida, basada en el acuerdo de los progenitores, reforzando la libertad de decisión de éstos en interés de los y las menores.
Excepcionalmente, es posible obtener la custodia compartida sin acuerdo de ambos progenitores, siempre que sea pedida por uno de ellos, se escuche al menor cuando proceda, actúe el fiscal como garante de sus derechos e intereses, y decida el juez, siempre bajo el prisma del interés superior de los y las menores. El dictamen de especialistas (psicólogos, asistentes sociales, etc.) suele ayudar al juez a estimar qué tipo de custodia es mejor para el menor en cada caso concreto.
Las custodias compartidas o monoparentales no son buenas o malas por sí mismas. Es en cada caso concreto cuando debe decidirse qué solución es mejor para los menores según el periodo vital en el que se encuentren y según las circunstancias familiares.
No estamos, por tanto, ante un debate sobre políticas de igualdad sino que se plantea un debate falso y perverso bajo la premisa de la igualdad que en realidad olvida las necesidades de los menores para responder a los deseos de los mayores. Si en nuestro país hay pocas custodias compartidas no se debe al marco legal de que disponemos, que las permite perfectamente, sino al escaso número de peticiones, que no llega al 10%, según las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística, INE.
En el debate sobre imposición de la custodia compartida subyacen otras cuestiones tales como la disolución de bienes gananciales o el ahorro de la pensión de alimentos, cuestiones que nada tienen que ver con el bienestar de los menores.
El Partido Popular quiere cambiarla ahora para imponerla por ley bajo el falso debate de la igualdad; si realmente el PP quiere promover la igualdad que amplíe el permiso de paternidad, que en lugar de quitar plazas de educación de cero a tres años cree nuevas plazas para ayudar a la conciliación, que aplique la ley de dependencia cuyos recortes en prestaciones está obligando a muchas mujeres a dejar sus trabajos para volver a ocuparse de los dependientes, etc.
Tiene muchos temas de los que ocuparse el PP si creyera en la igualdad y, desde luego, entre ellos no está el de la custodia compartida, abordado como imposición por deseo de un cónyuge.
Custodia compartida, sí, pero tras acuerdo de ambos progenitores, y eso ya está regulado.