Natalia fue al juicio contra su novio Marcos dispuesta a defenderle, a contar a la jueza que era un hombre incapaz de hacer daño y que la acusación de malos tratos era una falacia venida de la venganza. La ex mujer de Marcos lo había denunciado por los golpes de media vida y las amenazas de aquellos días en que ella le anunció la separación, las más recientes.
Natalia compareció como testigo de la defensa y, ante su señoría, dijo que su compañero era encantador y que le había contado lo histérica que era su ex mujer.
En su declaración, él negó los insultos, las vejaciones y las patadas y puñetazos que su ex mujer relató en el turno de la acusación.
Y así, el juicio, sin moratones ya, acabó en sentencia: inocente.
Sin embargo, cuatro meses después, sonó el timbre de la Federación de Mujeres Separadas y Divorciadas. Era Natalia.
Natalia compareció como testigo de la defensa y, ante su señoría, dijo que su compañero era encantador y que le había contado lo histérica que era su ex mujer.
En su declaración, él negó los insultos, las vejaciones y las patadas y puñetazos que su ex mujer relató en el turno de la acusación.
Y así, el juicio, sin moratones ya, acabó en sentencia: inocente.
Sin embargo, cuatro meses después, sonó el timbre de la Federación de Mujeres Separadas y Divorciadas. Era Natalia.