El maltrato de las visitas
31 niños han sido asesinados desde 2008
20 de ellos fallecieron durante el régimen de visitas
RAFAEL J. ÁLVAREZMadrid
Actualizado: 29/11/2014 02:58 horas
El 97% de los hombres con orden de alejamiento por violencia machista obtiene en los juzgados un régimen de visitas a sus hijos, ya que los magistrados sólo deniegan el 3% de los casos en que hay menores de por medio. Es el universo del maltrato a los hijos para seguir maltratando a la mujer: 31 niños y niñas asesinados desde 2008, 20 de los cuales perdieron la vida durante la visita.
Y la tendencia de esas suspensiones del régimen de visitas es a la baja, al menos en los tres últimos años. De nada parecen valer las advertencias de los expertos, que llevan años afirmando que un maltratador de mujer no es un buen padre; ni la letra de las leyes que hablan del "interés superior del menor", ni el anuncio del Gobierno para incluir en la ley integral como víctimas de violencia de género a los hijos de los agresores, ni los números de la sangre, aumentados el jueves en Asturias.
Los datos del Consejo General del Poder Judicial muestran la escasa denegación de visitas a los maltratadores y su involución en el tiempo. En 2011, de 791 órdenes de protección en las que se había pedido suspensión de ese régimen, sólo se concedieron 49 (3,4%). En 2012, de 653, 57 (3,1%). En 2013, de 590, 23 (3,0%). Sólo en el segundo trimestre de este año (un periodo no comparable al año completo) se ha producido un levísimo repunte de denegaciones: de 151 órdenes de protección, 11 suspensiones de visitas.O sea, un 3,2%, dos décimas más que en 2013. Pero habrá que saber qué pasa en todo 2014.
"Es muy preocupante. Y va a más. Tiene que ver con la falta de credibilidad que se da a las mujeres. Falta formación en todos los estamentos. Es una lucha diaria", sostiene Ángela Alemany, abogada y autora de decenas de estudios sobre violencia de género y ámbito judicial.
Fuentes del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) eran ayer especialmente didácticas: "Hay que analizar la violencia de género desde la perspectiva de la víctima y del círculo de la violencia, no desde la normalidad. Ésta no es una violencia como las demás. Hay que quitarse prejuicios de género, eso de que las mujeres mienten -el año pasado las denuncias falsas supusieron el 0,022% de los casos-, que quieren obtener algo a cambio cuando denuncian... O que provocan en sus hijos el Síndrome de Alienación Parental, algo no reconocido por ninguna autoridad científica mundial -informes del CGPJ lo califican de construcción-, pero que está siendo utilizado precisamente para confundir a los jueces. Casos como el de Asturias, el de Málaga en 2012 -un hombre se llevó al bebé de su novia durante la visita y lo mató- o el de Bretón son intolerables".
El Principado de Asturias, la segunda comunidad autónoma tras Cataluña en la que más órdenes de protección se deniegan (un 57%), es el último ejemplo extremo de denuncia previa de maltrato y denegación de visitas. El asesinato de las dos hijas de la mujer que había puesto en manos de la Justicia el maltrato de su marido asciende a tres el número de menores muertos por sus padres en lo que va de año. Otros dos casos (uno en Madrid y otro en Cádiz) están en investigación, aunque tienen bastante hedor a violencia de género.
Son, hasta ahora, el final de una estadística impensable, cifras para letras como aquellas que, el pasado abril, le dedicó por teléfono a su ex mujer un hombre de Madrid antes de ahogar a dos niños: "No vas a volver a tus dos hijos". O aquel que, en julio de 2012 en Tenerife, llamó al telefonillo y le dijo a su ex esposa antes de estrellar el coche con su hijo dentro: "Asómate y mira".
En 2008, seis menores fueron asesinados, dos de ellos durante el periodo de las visitas. En 2009, dos, ambos durante la visita. En 2010, seis, tres de los cuales sin su madre delante. En 2011 y en 2012, ocho, seis de ellos en tiempo de visita. El año pasado, seis, cuatro de los cuales murieron durante las visitas. Y en lo que va de año, tres menores (quizá más otros dos, en investigación) han muerto, los tres muy lejos de la protección de su madre.
O sea, 31 pequeños asesinados en siete años, 20 de los cuales sin que muriera también la madre, lo que los especialistas consideran el colmo del maltrato hacia la mujer. "No hay mayor daño que dejar vivir a una mujer después de matar a sus hijos", dice Soledad Cazorla, Fiscal de Sala Delegada de Violencia sobre la Mujer, que lleva años luchando para que la lupa de la justicia esté atenta a esta violencia tan específica.
Cazorla, que sabe de decisiones jurídicas insólitas, no se cansa de alertar a quien quiere oírla: "Nos preocupan los altos índices de concesión de visitas a maltratadores con órdenes de protección para sus víctimas. Hay que saber cómo se controla ese asunto, qué efectos tiene una medida como esa, porque no es más que un evidente acto de control sobre la mujer. Y lo mismo pasa con las guardas y custodia. Los maltratadores maltratan a los hijos para maltratar a la mujer. Es la terrible expresión del te voy a dar donde más te duele".
El estereotipo social de que los padres nunca dañarán a sus hijos
Los números del Consejo General del Poder Judicial ilustran lo que Marisa Soleto, presidenta de la Fundación Mujeres, establece como "impulso del estereotipo social". "Los jueces no se creen que los menores estén en peligro, prima el derecho del padre frente a la protección del hijo. Y así alimentan el estereotipo social: un padre no puede hacer daño a su hijo. Hasta las mujeres lo creen. Por eso muchas de ellas mantienen la denuncia por maltrato, pero no quieren que el padre deje de ver a sus hijos. Esta violencia es tan específica que los poderes públicos deben estar absolutamente alerta siempre". Ya se lo advirtió a España el Comité de Naciones Unidas para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (Cedaw) cuando, en julio de este año, condenó a nuestro país por negligencia policial y judicial sobre Ángela Carreño. Su ex marido mató a la hija de Ángela durante una visita sin vigilancia y ella lo denunció ante las autoridades españolas. Once años después de aquellos hechos, la ONU_condena al Estado español por no proteger a Ángela ni a su hija, por no haber condenado al maltratador ni haber indemnizado a la madre por los daños causados.