En primer lugar se atreven a alegar una necedad tan grande como que no tenemos contacto con menores afectados por una custodia compartida como para poder hacer las afirmaciones que hacemos con respecto a los síntomas negativos. Seguiremos pregonando allá donde sea necesario que la custodia compartida impuesta es maltratante para los menores; porque estos menores son nuestros hijos e hijas y vemos cómo les está perjudicando CADA DÍA. Sabemos de lo que hablamos porque lo estamos viviendo y lo que es peor: les están obligando a nuestros hijos e hijas a vivirlo pese al daño que les está causando. Sabemos (y lo sufrimos) mucho más de lo que nos gustaría.
Con respecto a las supuestas subvenciones que se supone que tenemos, les retamos a que aporten pruebas de esos supuestos ingresos, que no las van a encontrar. Quedamos a la espera de que se atrevan. Pero lo adelantamos ya: no tenemos ninguna. El único interés que nos mueve es el amor hacia nuestros hijos y nuestras hijas y la lucha por su bienestar, que se está viendo tan seriamente dañado.
Que viertan las injurias y calumnias que quieran, que seguiremos haciendo campaña aunque no tengamos recursos y aunque tengamos que hacer las pancartas con sábanas. Por nuestros hijos e hijas: seguiremos.