ABC - N. Villanueva / Madrid / Día 15/09/2013 - 02.43h
Que un juez acuerde una custodia compartidasin que la hayan solicitado ninguno de los progenitores «puede agudizar las tensiones y controversias que suelen surgir tras la ruptura de convivencia en aspectos tan trascendentes como la educación, la vigilancia y el cuidado de los hijos».
Así lo advierte el primer informe del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) sobre el anteproyecto de ley de custodia compartida aprobado por el Consejo de Ministros en julio. La principal novedad de este anteproyecto es que por primera vez permite que un juez pueda acordar de oficio, es decir, sin que los padres se lo pidan y sin estar vinculado tampoco por la opinión del fiscal, una custodia compartida si cree que es lo más conveniente para los intereses del menor. Hasta ahora el juez sólo podía acordarla si uno de los cónyuges la solicitaba y, en todo caso, si la pedían los dos.
El informe, elaborado por la vocal Margarita Robles y que se verá en la Comisión de Estudios la próxima semana, aprueba que la figura de la custodia compartida no sea algo «excepcional», como sostiene el anteproyecto basándose en la propia jurisprudencia del Tribunal Supremo.
«La más beneficiosa para el menor»
El Alto Tribunal recientemente equiparaba la custodia compartida a la monoparental aludiendo a la primera como la más beneficiosa para el menor. «En términos generales la modalidad compartida resulta una opción ventajosa», pues hace posible que los dos progenitores participen activamente en el cuidado y la educación de los hijos, «reforzando así la cooperación entre ellos y la percepción, por parte de los menores, de que sus padres continúan ejerciendo su rol», sostiene la vocal.
Sin embargo, esta modalidad también tiene inconvenientes, dice, como los derivados de los continuos cambios de domicilio que para el hijo supone el hecho de residir alternativamente con uno y otro progenitor, «así como las disfunciones que puedan llegar a producirse (...) cuando el grado de cooperación de los cónyuges sea escaso o las pautas educativas seguidas por estos últimos sean divergentes».
A su juicio, el hecho de que ninguno de los padres pida la custodia compartida ya implica algo: su falta de credibilidad respecto a un modelo que exige un alto grado de cooperación para que resulte exitoso», pues si no se consensúan todas las decisiones relativas al cuidado y educación de los menores, puede revertir negativamente en el interés del menor. El Ministerio de Justicia todavía no conoce este informe, según ha podido saber ABC.